viernes, 18 de diciembre de 2015

CRISTIANISMO: RAZÓN Y FE.



La aparición del cristianismo y su posterior difusión hasta convertirse en religión dominante en todo el ámbito del imperio romano, trajo consigo una serie de transformaciones religiosas, culturales y filosóficas. El cristianismo introdujo ideas hasta entonces ajenas al pensamiento antiguo tales como el monoteísmo, la creencia en un Dios creador del universo, la noción del pecado..., pero, sobre todo, planteó una cuestión fundamental, la existencia de una verdad sobre el hombre y el universo que no estaba al alcance de las facultades naturales de conocimiento. Los filósofos griegos habían utilizado sus sentidos para observar la realidad y su razón para intentar alcanzar una verdad coherente sobre esa realidad. El cristianismo, como otras religiones aparecidas en el mismo contexto, planteó la existencia de un “misterio” último sobre el sentido del hombre y la existencia del mundo que sólo podía ser conocido mediante una revelación directa procedente de una divinidad imperceptible por las meras fuerzas humanas de conocimiento. Este misterio era, además, algo más que un mero saber teórico sobre estas cuestiones, era un saber salvífico, es decir, una verdad que garantizaba a sus poseedores la salvación de sus almas con vistas a una nueva vida más allá de la muerte. La idea de la inmortalidad del alma, como sabemos, no había sido ajena a pensadores como Platón, pero la nueva religión planteaba que el destino futuro del alma dependía no de las propias facultades o virtudes de ésta, sino de la aceptación de una verdad revelada sin más fundamento que la convicción proporcionada por una nueva instancia de conocimiento: la fe.
El núcleo fundamental de esta forma de pensar, a saber, que las verdades últimas sobre el hombre y el mundo sólo son accesibles al creyente que acepta humildemente el don de la fe, no han cambiado a lo largo de la historia del cristianismo, aunque sí lo haya hecho la consideración acerca de la validez o fiabilidad de la razón como fuente complementaria de conocimiento. Para ver claramente la vigencia de estas ideas, leed con atención los siguientes fragmentos de la Encíclica Fides et ratio (Fe y razón) del anterior Papa Juan Pablo II.

Ioannes Paulus PP. II
Fides et ratio
encíclica a los Obispos de la Iglesia Católica
sobre las relaciones
entre Fe y Razón


1998.09.14
(fragmentos)
INTRODUCCIÓN
La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8-9; 63 [62], 2-3; Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2).
CAPÍTULO I - LA REVELACIÓN DE LA SABIDURÍA DE DIOS.
Jesús revela al Padre.
7. En la base de toda la reflexión que la Iglesia lleva a cabo está la conciencia de ser depositaria de un mensaje que tiene su origen en Dios mismo (cf. 2 Co 4, 1-2). El conocimiento que ella propone al hombre no proviene de su propia especulación, aunque fuese la más alta, sino del hecho de haber acogido en la fe la palabra de Dios (cf. 1 Ts 2, 13). En el origen de nuestro ser como creyentes hay un encuentro, único en su género, en el que se manifiesta un misterio oculto en los siglos (cf. 1 Co 2, 7; Rm 16, 25-26), pero ahora revelado. « Quiso Dios, con su bondad y sabiduría, revelarse a sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad (cf. Ef 1, 9): por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden los hombres llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina ». Ésta es una iniciativa totalmente gratuita, que viene de Dios para alcanzar a la humanidad y salvarla. Dios, como fuente de amor, desea darse a conocer, y el conocimiento que el hombre tiene de Él culmina cualquier otro conocimiento verdadero sobre el sentido de la propia existencia que su mente es capaz de alcanzar.

12. Así pues, la historia es el lugar donde podemos constatar la acción de Dios en favor de la humanidad. Él se nos manifiesta en lo que para nosotros es más familiar y fácil de verificar, porque pertenece a nuestro contexto cotidiano, sin el cual no llegaríamos a comprendernos.
La encarnación del Hijo de Dios permite ver realizada la síntesis definitiva que la mente humana, partiendo de sí misma, ni tan siquiera hubiera podido imaginar: el Eterno entra en el tiempo, el Todo se esconde en la parte y Dios asume el rostro del hombre. La verdad expresada en la revelación de Cristo no puede encerrarse en un restringido ámbito territorial y cultural, sino que se abre a todo hombre y mujer que quiera acogerla como palabra definitivamente válida para dar sentido a la existencia. Ahora todos tienen en Cristo acceso al Padre; en efecto, con su muerte y resurrección, Él ha dado la vida divina que el primer Adán había rechazado (cf. Rm 5, 12-15). Con esta Revelación se ofrece al hombre la verdad última sobre su propia vida y sobre el destino de la historia: «Realmente, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado », afirma la Constitución Gaudium et spes. Fuera de esta perspectiva, el misterio de la existencia personal resulta un enigma insoluble. ¿Dónde podría el hombre buscar la respuesta a las cuestiones dramáticas como el dolor, el sufrimiento de los inocentes y la muerte, sino no en la luz que brota del misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo?
13. De todos modos no hay que olvidar que la Revelación está llena de misterio. Es verdad que con toda su vida, Jesús revela el rostro del Padre, ya que ha venido para explicar los secretos de Dios; sin embargo, el conocimiento que nosotros tenemos de ese rostro se caracteriza por el aspecto fragmentario y por el límite de nuestro entendimiento. Sólo la fe permite penetrar en el misterio, favoreciendo su comprensión coherente.
El Concilio enseña que «cuando Dios revela, el hombre tiene que someterse con la fe». Con esta afirmación breve pero densa, se indica una verdad fundamental del cristianismo. Se dice, ante todo, que la fe es la respuesta de obediencia a Dios. Ello conlleva reconocerle en su divinidad, trascendencia y libertad suprema. El Dios, que se da a conocer desde la autoridad de su absoluta trascendencia, lleva consigo la credibilidad de aquello que revela. Desde la fe el hombre da su asentimiento a ese testimonio divino. Ello quiere decir que reconoce plena e integralmente la verdad de lo revelado, porque Dios mismo es su garante. Esta verdad, ofrecida al hombre y que él no puede exigir, se inserta en el horizonte de la comunicación interpersonal e impulsa a la razón a abrirse a la misma y a acoger su sentido profundo.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

ÉTICA DE ARISTÓTELES


Aquí os dejo un enlace con una noticia reciente para que reflexionéis en torno a la propuesta ética de Aristóteles.

También una curiosa actividad que incluye une entrevista a Aristóteles.

martes, 10 de noviembre de 2015

El principito y el concepto aristotélico de potencia.

Leed atentamente este texto y decidme qué relación veis con el concepto aristotélico de potencialidad de los entes (y ya, de paso, una lección sobre en qué consiste la autoridad, en ordenar lo que es razonable):



El Principito se encontraba en la región de los asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330. Empezó entonces por visitarlos para buscar en ellos una ocupación y para instruirse.
El primero estaba habitado por un rey. El rey estaba instalado, vestido de púrpura y armiño, sobre un trono muy simple y sin embargo majestuoso.
- Ah! He aquí un súbdito, - exclamó el rey cuando divisó al principito.
Y el principito se preguntó: "¡Cómo puede reconocerme si nunca me ha visto antes !"
No sabía que, para los reyes, el mundo está muy simplificado. Todos los hombres son súbditos.
[...]
Pero el principito estaba extrañado. El planeta era minúsculo. ¿Sobre qué podía reinar el rey ?
- Majestad – le dijo... – le pido disculpas por interrogarlo...
- Te ordeno interrogarme – se apresuró a decir el rey.
- Majestad... ¿sobre qué reina usted ?
- Sobre todo – respondió el rey, con una gran simplicidad.
- ¿Sobre todo ?
El rey con un gesto discreto señaló su planeta, los otros planetas y las estrellas.
- ¿Sobre todo eso ? – dijo el principito.
- Sobre todo eso... - respondió el rey.
Porque no sólo era un monarca absoluto sino que era un monarca universal.
- ¿Y las estrellas le obedecen ?
- Por supuesto – le dijo el rey. – Obedecen enseguida. No tolero la indisciplina.
Semejante poder maravilló al principito. Si él mismo lo hubiera tenido, habría podido asistir, no a cuarenta y cuatro, sino a setenta y dos, o incluso a cien, o incluso a doscientas puestas de sol en el mismo día, sin tener que correr nunca su silla ! Y como se sentía un poco triste por el recuerdo de su pequeño planeta abandonado, se atrevió a solicitar una gracia al rey:
- Quisiera ver una puesta de sol... Tenga la bondad... Ordénele al sol ocultarse...
- Si ordenara a un general volar de una flor a otra como una mariposa, o escribir una tragedia, o convertirse en ave marina, y si el general no ejecutara la orden recibida, ¿quién estaría en falta, él o yo ?
- Sería usted - dijo con firmeza el principito.
- Exacto. Debe exigirse de cada uno lo que cada uno puede dar - prosiguió el rey. - La autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables.
- ¿Y mi puesta de sol ? - recordó el principito, que nunca olvidaba una pregunta una vez que la había formulado.
- Tu puesta de sol, la tendrás. Yo la exigiré. Pero esperaré, con mi ciencia de gobernante, que las condiciones sean favorables.
- ¿Cuándo será eso ? - se informó el principito.
- Hem! hem! – le respondió el rey, que consultó primero un gran calendario, - hem! hem! será a eso de... a eso de... será esta tarde a eso de las siete horas cuarenta ! Y ya verás cómo soy obedecido.
El principito bostezó. Echaba de menos su puesta de sol fallida. Y además ya se aburría un poco:
- No tengo más nada que hacer acá - le dijo al rey. - ¡Voy a seguir viaje !
Antoine de Saint-Exupéry. El principito.

jueves, 5 de noviembre de 2015




Aquí tenéis un enlace con los apuntes sobre Aristóteles.

miércoles, 14 de octubre de 2015

PLATÓN

La realidad que percibimos a través de los sentidos no es, según Platón la realidad auténtica, sino una mera fabulación o sombra engañosa. Una película moderna ha rendido homenaje a esa idea. ¿Sería posible que todo aquello que consideramos real, fuera una mera fantasía? Observa el despertar de Neo en The Matrix.

Archivo sobre el pensamiento de Platón, otro enlace alternativo.
Texto de El Banquete sobre el ascenso a las ideas.

viernes, 9 de octubre de 2015

Los sofistas y Sócrates

 


Os dejo los apuntes sobre Sócrates y los sofistas y, además, un par de enlaces sobre los sofistas en general y sobre Protágoras, tal vez el más famoso de ellos Protágoras nació hacia 480 en la ciudad de Abdera. Son pocos los fragmentos que nos quedan de su obra, la cual seguramente fue voluminosa. Dos importantes fragmentos nos permiten entrever el sentido de su filosofía. De su tratado sobre La verdad quedan estas palabras: “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son y de las que no son en cuanto que no son”. Esto puede interpretarse como una formulación de relativismo. Discípulo del estilo de pensamiento de Heráclito, Protágoras creía que todo estaba en constante movimiento. Ahora bien, si todo cambia, no existe una verdad absoluta puesto que ésta cambia a medida que cambia el mundo y que cambiamos nosotros. Además no quería pronunciarse sobre la existencia o la inexistencia de los dioses, sino que defendió una postura agnóstica: "respecto a los dioses, no tengo medios de saber si existen o no, ni cuál es su forma. Me lo impiden muchas cosas: la oscuridad de la cuestión y la brevedad de la vida humana".

Por otra parte, en este enlace del blog de otra profesora de filosofía, tenéis el texto del Fedón de Platón donde se narra los últimos momentos de la vida de Sócrates.

martes, 15 de septiembre de 2015

EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA SEGÚN ARISTÓTELES


El filósofo griego Aristóteles fue el primero que se dedicó sistemáticamente a analizar la historia de la filosofía. Respecto a su origen nos dejó la siguiente opinión:

Los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio, admirados ante los fenómenos más comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la Luna y los relativos al Sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia (por eso también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se compone de elementos maravillosos). De suerte que, si filosofan para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en busca del conocimiento, y no por alguna utilidad. Y así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían todas las cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida. Es, pues, evidente que no la buscamos por alguna otra utilidad, sino que, así como llamamos hombre libre al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta como la única ciencia libre, puesto que esta sola es para sí misma. 

 Aristóteles, Metafísica

ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

En una serie denominada Cosmos, el científico Carl Sagan expone las circunstancias que rodearon el origen de la filosofia de la naturaleza en la ciudad jonia de Mileto. Analizad sus ideas y sus argumentos:




Para empezar a trabajar aquí tenéis unos documentos sobre los orígenes de la filosofía, un cuadro resumen de los filósofos presocráticos y unos apuntes sobre el pensamiento presocrático.

domingo, 10 de mayo de 2015

El fetichismo de la mercancia.


En El Capital Marx nos habla de lo que él denomina "fetichismo de la mercancía", es decir, la fascinación que los productos que se nos ofrecen en el mercado ejercen sobre nosotros hasta el punto de que parecen objetos dotados de vida propia. Este hecho hace que olvidemos que toda mercancía es un objeto socialmente producido y que no prestemos atención a las condiciones en que ha sido fabricado, condiciones, normalmente, de explotación. Con los últimos ingenios tecnológicos esta tendencia parece haberse acentuado. Aquí os dejo una noticia sobre las condiciones de trabajo de los obreros en las fábricas orientales del iPad.



Otro asunto de plena actualidad es el de las condiciones de trabajo en las fábricas de los países de oriente donde se fabrica la mayor parte de la ropa que se vende en nuestras tiendas. En estos enlaces encontraréis información sobre el accidente ocurrido en 2013 en una factoria de Daca (Bangledesh) en el que murieron más de mil personas que trabajaban para marcas muy conocidas, y una denuncia sobre la complicidad de empresas occidentales en el trabajo infantil y esclavo.

Otra noticia reciente con denuncias de condiciones laborales abusivas en el mismo ámbito (en inglés). 

Fetiche: Ídolo u objeto de culto al que se atribuye poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos (diccionario de la RAE).
"El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza". K. Marx.

El análisis que Marx hace del capitalismo se basa en la idea de que el capital siempre busca ser invertido productivamente, esto es, para generar un beneficio o plusvalía. Es lo que se llama el circuito D-M-D (dinero-mercancía-dinero). Este funcionamiento implica un momento inicial de acumulación de capital que pueda luego ser invertido. ¿De dónde surge el capital? Los teóricos del liberalismo, como John Locke habían explicado este hecho como el resultado de la laboriosidad de algunos hombres, que habrían acumulado el producto de su trabajo en forma de dinero. Según Marx esta visión idílica no resiste un mínimo análisis histórico. Por el contrario, según él, el estudio de los datos reales nos dice que la acumulación capitalista en la Europa de los inicios de la revolución industrial estuvo basada en la conquista y explotación violenta de otros territorios y pueblos por las potencias coloniales. Así lo explica en su libro El Capital: 

El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, el exterminio, la esclavización y el sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: tales son los hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria. Tras ellos, pisando sus huellas, viene la guerra comercial de las naciones europeas, con el planeta entero por escenario. Rompe el fuego con el alzamiento de los Países Bajos, que se sacuden el yugo de la dominación española, cobra proporciones gigantescas en Inglaterra con la guerra antijacobina, sigue ventilándose en China en las guerras del opio, etc.


     Las diversas etapas de la acumulación originaria tienen su centro, en un orden cronológico más o menos preciso, en España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. Es aquí, en Inglaterra, donde a fines del siglo XVII se resumen y sintetizan sistemáticamente en el sistema colonial, el sistema de la deuda pública, el moderno sistema tributario y el sistema proteccionista. En parte, estos métodos se basan, como ocurre con el sistema colonial, en la más burda de las violencias. Pero todos ellos se valen del poder del Estado, de la fuerza concentrada y organizada de la sociedad, para acelerar a pasos agigantados el proceso de transformación del modo feudal de producción en el modo capitalista y acortar las transiciones. La violencia es la comadrona de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva. Es ella misma una potencia económica.
 
     Del sistema colonial cristiano dice un hombre, que hace del cristianismo su profesión, W. Howitt:

«Los actos de barbarie y de desalmada crueldad cometidos por las razas que se llaman cristianas en todas las partes del mundo y contra todos los pueblos del orbe que pudieron subyugar, no encuentran precedente en ninguna época de la historia universal ni en ninguna raza, por salvaje e inculta, por despiadada y cínica que ella sea».

Image result for trafico de esclavos


Para seguir leyendo el capítulo XXIV de la primera parte de El Capital titulado El secreto de la acumulación originaria.

viernes, 8 de mayo de 2015

Introducción a Marx



Continuamos este último trimestre ocupándonos del pensamiento de Karl Marx. De este autor puede decirse que ha sido el pensador más influyente de la Historia contemporánea porque tuvo la intención de salir del ámbito teórico y académico de la filosofía para contribuir a la trasformación de la sociedad de su época. Su análisis crítico de la sociedad burguesa y del sistema económico capitalista han ejercido una influencia decisiva tanto entre sus seguidores como entre sus adversarios. Para profundizar en el conocimiento de su obra os propongo una serie de enlaces:

Entrada del Blog La lechuza de Minerva sobre el pensamiento de Marx (incluye el texto del Manifiesto Comunista).

Texto del discurso fúnebre de Marx redactado por su amigo Engels.

Una curiosa comparación: Marx y los pitufos.

Las ideas de Marx se convirtieron rápidamente en referente del movimiento obrero internacional, aquí tenéis su famoso himno en el que se trata de resumir de modo muy simplificado un ideal de transformación social:



Con todo este no fue el primer himno revolucionario que se hizo famoso. En esta escena de la película Casablanca, un grupo de franceses desafía a los ocupantes alemanes con su canto a la rebelión y la libertad: