domingo, 29 de abril de 2012

Actualidad del pensamiento de Platón.

De cara al examen de Selectividad y para que reflexionéis en general, he encontrado este artículo que trata de relacionar a Platón con el mundo actual:


Una vez que lo hayáis leído os diré que no estoy muy de acuerdo con lo que se dice en él, porque creo que el autor se olvida de aspectos fundamentales de la teoría política de Platón al hacer su comparación. Vaya por delante que comparto las críticas al neoliberalismo rampante actual y su proyecto de apropiación global. No comparto, sin embargo, la equiparación de esto con el pensamiento de Platón. Visto desde hoy el pensamiento platónico puede resultar excluyente y autoritario, pero dejemos de lado lo que debe a su contexto y conservemos lo que puede resultar de utilidad para el momento actual. El origen del intento de reforma social de Platón, (no otra cosa es su República, él también creía, a su modo, que "otro mundo era posible") es su crítica del sistema democrático imperante en su época. Según Platón, la democracia ateniense estaba dirigida por una clase política corrupta, mediocre e incompetente. Los dirigentes democráticos eran demagogos que se valían de la ignorancia y la indiferencia de los ciudadanos para alcanzar el poder y enriquecerse con él. Para ello no dudaban en fomentar los peores instintos de enfrentamiento entre esos mismos ciudadanos ni en denigrar al oponente, sobre todo cuando, en raras ocasiones, se trataba de un hombre sensato y honesto que denunciaba sus manejos. Creo que está de más decir que muchos de estos rasgos de la democracia ateniense están muy cerca de los actuales sistemas de representación. Probablemente Platón habría estado de acuerdo con muchas de las críticas de los movimientos como el 15M a nuestra deficiente democracia. La diferencia, obviamente es que los movimientos de indignados de hoy creen que la solución a estos males es "más democracia", un desarrollo de los derechos ciudadanos que haga posible una democracia real liberada de estos males. Por el contario, Platón, guiado por su idea de que los seres humanos no tienen todos las mismas capacidades intelectuales ni morales y añorando los viejos ideales aristocráticos basados en la idea de virtud, creyó que la solución a los males de la sociedad estaba en que ésta se organizase de modo que cada individuo hiciera aquello para lo cual estaba mejor dotado por la naturaleza. Pero lo importante es que, como él mismo declara, su idea de seleccionar la función de cada ciudadano en virtud de sus capacidades no tenía como fin la apropiación del poder y de la riqueza por parte de una élite que explotaría al resto (como ocurre ahora), sino, precisamente, buscar la felicidad del conjunto de la ciudad cuando aquellos que fuesen seleccionados para gobernar por sus méritos personales, no por su riqueza, familia o relaciones, tuviesen como guía de su actuación la práctica del bien y la justicia. La mayoría de los ciudadanos estaría excluída sí del gobierno (como lo está, por otra parte, ahora), pero la élite platónica gobernaría no en beneficio propio, sino en bien de la sociedad en su conjunto. Y hasta tal punto Platón no se hacía ilusiones sobre la incorruptibilidad de los gobernantes, que les imponía un severo régimen de vida con la prohibición expresa de poseer y acumular bienes propios. A diferencia del proyecto platónico, no hay, en mi opinión, atisbo alguno en el sistema neolliberal actual de proyecto social ni de búsqueda del bien común. Lo único que se intenta es favorecer los intereses egoístas de una élite económica -que no intelectual o moral- a riesgo de excluir de las condiciones mínimas de vida digna a amplias capas de la población. Ahora os toca a vosotros sacar vuestras propias conclusiones.

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