Cuando el centro de la cultura griega se traslada a Atenas en el s. V a.C., asistimos a un cambio en la orientación general del pensamiento filosófico. El interés fundamental de la investigación ya no va a ser la naturaleza (physis) sino el ámbito de lo humano, de las normas o costumbres que fundamentan la vida del hombre en sociedad (nomos). Y, a diferencia de lo que ocurre con las teorías acerca de la realidad y el universo, las ideas que tenemos sobre estas cuestiones quizás no hayan cambiado mucho con el tiempo. Para poner de manifiesto hasta qué punto son de actualidad algunas de las ideas que se discutieron en el ágora de la Atenas de Pericles os propongo que reflexionéis sobre estas cuestiones:
- ¿Son aceptables costumbres como la poligamia o el concertar el matrimonio de menores de edad entre las familias?
- ¿Debe la ley reconocer el derecho de las personas del mismo sexo a contraer matrimonio?
- ¿Debo aceptar y cumplir una ley que considero injusta? ¿Puedo negarme a hacer algo establecido por la ley si creo en conciencia que es injusto?
- ¿Son aceptables la pena de muerte o la cadena perpetua como castigo para algunos delitos especialmente graves?
- Las personas que cometen esos delitos, ¿lo hacen porque tienen una mala naturaleza o son víctimas de las circunstancias?
- ¿Cuáles deberían ser las cualidades de los buenos gobernantes?¿Tenemos un buen sistema para elegirlos?
- Para que la convivencia en la ciudad sea posible, ¿debe buscar cada uno su propio provecho y felicidad individuales o debemos buscar todos el bien común?
- ¿Debe la ley reconocer el derecho de las personas del mismo sexo a contraer matrimonio?
- ¿Debo aceptar y cumplir una ley que considero injusta? ¿Puedo negarme a hacer algo establecido por la ley si creo en conciencia que es injusto?
- ¿Son aceptables la pena de muerte o la cadena perpetua como castigo para algunos delitos especialmente graves?
- Las personas que cometen esos delitos, ¿lo hacen porque tienen una mala naturaleza o son víctimas de las circunstancias?
- ¿Cuáles deberían ser las cualidades de los buenos gobernantes?¿Tenemos un buen sistema para elegirlos?
- Para que la convivencia en la ciudad sea posible, ¿debe buscar cada uno su propio provecho y felicidad individuales o debemos buscar todos el bien común?
- ¿Podemos estar seguros de haber encontrado la respuesta adecuada a todas las cuestiones anteriores?
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